Os dejo por aquí la receta de Oreo Balls o Bolas de Oreo.
La forma de prepararlas es muy divertida y todos los peques pueden participar sin importar la edad que tengan.
Descubrí esta receta en Irlanda, mientras buscaba algo rico para cocinar sin muchas complicaciones en cuanto a ingredientes y elaboración. Y que supiera que les iba a gustar.
¡Con las Oreo no se puede fallar!
No se necesitan muchos ingredientes y tampoco tiene muchas elaboraciones. Además, ¡no necesita horno! Un plus cuando ya empieza a hacer calor o no queréis estar esperando mucho para disfrutar del postre.
¿Queréis conocer los ingredientes?
¡Os vais a sorprender seguro!
INGREDIENTES
– Un paquete o dos de Oreo normales (según las que queráis preparar).
Por supuesto, también pueden ser de otra marca, al final el sabor es muy parecido y les van a gustar igual.
– Dos cucharadas grandes de queso de untar.
¡Sí, queso!
Puede ser Philadelphia o cualquier otra marca de queso para untar. Los hay light o incluso, sin lactosa. Por si alguno de los peques tiene alguna intolerancia.
– Una tableta de chocolate blanco.
– Sprinkles u cualquier otra decoración (cacao en polvo, Oreo rallada, bolas de colores, etc.). Este ingrediente es opcional.
MODO DE PREPARACIÓN
- El primer paso para las Oreo Balls es separar las galletas Oreo de la crema interior. Ponemos dos tazas o cuencos y mientras los niños las separan, tú con un cuchillo de untar le quitas el interior y lo pones en el otro bol.
- Una vez tenemos la galleta de la Oreo (parte negra) separada hay que triturarla. Lo dividimos en dos y metemos cada mitad en bolsas de congelar. Después con un rodillo lo pasamos por encima hasta aplastarlas lo máximo posible y que no queden trozos grandes.
- Pasamos a hacer la mezcla. Echamos en un bol grande la crema interior de las Oreo, la galleta exterior picada y el queso de untar. Removemos y mezclamos todo bien hasta que se nos quede una masa enorme en forma de bola.
- Hacemos las Oreo Balls. Entre todos vamos cogiendo pequeños trozos de la masa y con las manos (bien lavados anteriormente) vamos haciendo bolitas que colocamos en una bandeja.
- A enfriar. Cuando toda la masa está hecha bolitas, metemos la bandeja en el frigorífico y lo dejamos enfriar durante 15 minutos.
- Preparamos la cobertura. Mientras las Oreo Balls se enfrían, calentamos el chocolate blanco hasta que esté completamente líquido. Seguid las instrucciones del envoltorio. A veces se debe calentar al baño María y otras es posible solo en el microondas.
- Cubrimos las Oreo Balls. Una vez están frías las sacamos de la nevera y una a una las vamos echando al recipiente con el chocolate blanco derretido. Las cubrimos bien y con una cucharita o palillo largo las vamos sacando y colocando de nuevo en la bandeja.
- Si queremos podemos ponerle alguna decoración sobre el chocolate blanco aún caliente como cacao en polvo o sprinkles de colores.
- Dejamos enfriar en el frigorífico 15 minutos más y ¡listo para comer!
CONSEJOS
¿Queso y Oreo?
El primer gran consejo es que no os dejéis engañar por los ingredientes. Aunque no les guste el queso, las Oreo Balls les van a encantar.
¡Está demostrado!
Cuando yo las hice la primera vez para darles una sorpresa ellos estaban en el colegio así que no vieron los ingredientes y alucinaron con lo ricas que estaban.
¡Alucinaron más cuando les dije los ingredientes!
¡Guardar en frío!
Otro consejito es que cuando nadie más vaya a comer las guardéis en el frigorífico para que el chocolate no se derrita o se pongan malas.
¿Siempre chocolate blanco?
Claro que no. Era la receta inicial y yo lo hice así porque me encanta el chocolate blanco, pero podéis cubrirlo con chocolate con leche o negro. Incluso sin chocolate derretido y directamente en cacao el polvo o el resto de decoración.
¡Cuantas más variaciones, más divertido!
Fijaros si les gustaron que el mismo día de hacerles las Oreo Balls las probaron todos (hasta los papis) y les encantaron.
No había hecho muchas por si no les cavaban de gustar y me las tenía que comer yo…y ¡menos mal!
A la mañana siguiente dos pequeños ratones de 4 y 5 años se levantaron antes que todos, abrieron el frigorífico y se llevaron todas las que quedaban. ¡Todas!
Cuando vamos el resto a comer alguna más y vimos el bol vacío alucinamos. Todos preguntando y aparecen los 2 bichos con la boca llena de chocolate blanco.
Eso sí, ¡súper felices!