¡Hola Au Pairs!
Ya lo tenéis todo.
Habéis encontrado una familia, habéis hecho Skype con ellos y todo parece ir genial. Los padres son encantadores y los niños parece que también.
Lo parece…
Porque en realidad sois conscientes.
Nada es lo que parece.
¿Os da miedo si tenéis problemas con los padres?
Pues agarraros con los niños, que un pequeño de 5 años se puede volver tu mejor amigo o tu peor pesadilla.
O ambas a la vez, según como tenga el día.
Por el Skype te miran como angelitos.
Luego llegas a su casa y te miran analizándote de arriba a abajo y decidiendo en un par de segundos si les caes bien.
Lo primero, sí, SU casa.
Me querían mucho y yo a ellos, pero ya se encargaron desde la primera semana en dejarme claro que estaba en SU casa con SUS muebles y SUS padres.
Y que no pertenecía a SU familia.
¿Adorables verdad? jajaja
(Esto suele pasar sobre todo cuando no les dejas desayunar todos los días chocolate y tal) 😉
En segundo lugar está lo de analizarte y perseguirte a todos lados, como si fueras un ladrón que va a robar algo.
Pura curiosidad infantil.
O eso espero.
El caso es que como Au Pair estás allí para cuidarles y es vital que ellos se dejen cuidar.
Sorcha con su primera Au Pair se negó en redondo. Ya sabéis eso de:
– No me mires.
– Ni me toques.
– Ni mucho menos me hables.
Así que uno de los primeros objetivos que tiene toda Au Pair en su primera semana es conocer mejor a los niños.
Descubrir qué les gusta y cuáles son sus puntos “débiles”.
Y por supuesto, aquello que no les gusta ni un pelo.
Más que nada, porque ellos también van a agradecer que la persona que de la noche a la mañana vive en su casa les conozca bastante bien.
Como que da confianza.
Así que, ¡aquí están!
TIPS PARA CONOCER MEJOR A LOS NIÑOS
HAZLES PREGUNTAS
¿Parece obvio?
El caso es que no importa si son adultos o niños que muchas veces en lugar de preguntar directamente esperamos a encontrar la respuesta por algún otro lado.
No nos gusta parecer pesados o unos simples cotillas.
¡Pues olvidaros de todo eso!
Tenéis una semana entera para hacerles el cuestionario.
Una pregunta por aquí, otra por allá.
- ¿Cuál es su color favorito?
- ¿Le gustan los animales?
- ¿Qué comida no le gusta nada? ¿Y la que más?
- ¿Qué le gusta hacer en el colegio?
- ¿Cuáles son sus amigos?
- ¿Tiene un profesor favorito?
- ¿Tienen primos pequeños? ¿Dónde viven?
- ¿Les gusta ir al parque?
- ¿Saben montar en bici?
- ¿Dónde van de vacaciones?
- ¿Les gusta la música? ¿Qué tipo?
- ¿Y bailar?
- ¿Les gusta hacer deporte? ¿Practican alguno?
- …
No os creáis que vais a ser las únicas.
Que telita todo lo que preguntan los niños. Por toda tu familia, amigos, mascotas, novios, hobbies, comidas…
Otro truco es devolver las preguntas que os hacen.
And you? … And you? …
Y así todo el rato.
Sobre todo aprovechad las preguntas sobre sus amigos cuando son más mayores. Vais a ser sus mejores confidentes 😉
La mejor forma de conocer a un niño: ¡JUGANDO!
Y tanto que la mejor forma.
Con las preguntas todo depende de sus respuestas y lo que les apetezca más o menos en ese momento.
Además, hay que tener en cuenta la edad.
En cualquier caso, con las preguntas vais a saber sobre sus gustos. Pero jugando vais a conocer mucho mejor su personalidad.
¡Les veréis en su entorno habitual!
Que elijan ellos el juego. ¿Qué han escogido?
Puede que les gusten más los muñecos o muñecas, superhéroes, coches, etc. donde cada uno es un personaje (o varios).
Quizá prefieran actuar como un personaje y crear una historia sin objetos complementarios.
¿Les gusta más salir a la calle?
O incluso juegos con la tablet o juegos de mesa.
Cada niño es un mundo.
Lo que está claro es que siendo un poco observadoras vais a ver si son más creativos, tranquilos, nerviosos, impacientes, curiosos, introvertidos, mandones, independientes…
Si prefieren juegos en equipo o no tienen problema en jugar solos.
Si les gusta llevar la iniciativa y decir quién es quién y qué tiene que hacer o prefieren que tú les des ideas.
También depende de la edad, por supuesto, y si son varios hermanos seguramente cada uno sea muy diferente al otro.
Además, jugando con ellos se sienten más seguros y ellos también aprenden a conocerte a ti.
PREGUNTA A LOS PADRES
Ya lo he dicho con los niños, ¡no os cortéis ni un pelo!
Ellos son los que mejor conocen a sus hijos así que preguntadles todo lo necesario.
Van a estar encantados de responder todas las preguntas.
Al fin y al cabo, saben que lo hacéis para conocer mejor a los peques.
Sobre todo, a los padres os interesa hacerles preguntas del tipo:
- ¿Llevan uniforme al colegio? ¿Cuál?
- ¿Cómo suelen hacer los deberes y dónde?
- ¿Hay alguna asignatura que les cuesta más o cuál es su favorita?
- ¿Suelen ir a jugar con sus amigos a otras casas?
- ¿Hay algo que no pueden comer o que no les dejan tanto?
- ¿A qué hora se van a la cama?
Creedme, ¡os vais a alegrar y mucho de saber la respuesta a estas preguntas!
Porque cuando los niños quieren algo y saben que sois unas inexpertas y es vuestra primera semana, no lo dejan escapar.
Eso de: mi madre nos deja tumbarnos a dormir cuando queramos.
O, yo es que los miércoles no tengo deberes.
O la mejor, por la noche siempre nos da cereales con mucho azúcar y mucha miel JAJAJA
Lo juro, ¡es real y me ha pasado!
Y mi cara de: ¡qué sospechoso todo…! Casualmente ayer pregunté a tu madre y no me dijo lo mismo.
Y su cara de: ¿estás segura?
Cuando quieren son tremendos y unos bichos en toda su esencia.
¡NO SE OS ESCAPA NI UNA!
O lo que es lo mismo, sois las nuevas Sherlock Holmes.
Estáis a todo.
¡Y qué bien hacéis!
Sobre todo a las conversaciones entre padres e hijos (si es que las entendéis, porque seguimos hablando de la primera semana).
Y poned especial atención a sus rutinas.
Aunque las iréis aprendiendo poco a poco.
Cosas como si duermen con la puerta abierta o la luz encendida o cuándo se lavan los dientes.
Lo vais a agradecer si sois como yo, que necesitaba estar pendiente de todo.
Y hasta aquí cómo conocer mejor a los niños en tu primera semana como Au Pair.
¡Seguro que ya te has quedado mucho más tranquila!
Ya sabes, unas preguntitas por aquí, poner la oreja por allá y estar más avispada que un niño (si es que se puede).